Desidia se gesta en una habitación, en un ordenador donde a base de ensayo y error en ocasiones y en otras del tirón, se van creando canciones y letras que quedan grabadas sin más aspiración que tener un recopilatorio de ideas y canciones.
Años después, y tras recuperar el contacto perdido con su gran amigo Pinto “Lucky Jack”, teclista de aventuras musicales pasadas, Víctor “Sogal” le ofrece formar parte de esos temas que tiene en el disco duro del ordenador, esta vez como cantante y bajista, sin más propósito que tener los temas medianamente mezclados. En ese momento nace Desidia, sin más aspiración que sonar en una habitación. Durante dos años, la amistad continúa como si nunca se hubiera detenido y Desidia va sumando contenido. Se crean más temas, se graban, se perfeccionan, se vuelven a grabar. Todo ello en la misma habitación, con quedadas cuando el tiempo lo permite, entre cerveza, cerveza… y otra cerveza. El mundo sigue girando y surge un evento que lo cambia todo: Rockin’1000 Madrid. Sogal se apunta con más miedo que vergüenza.
Albaro, amigo del grupo, guitarrista y técnico de sonido, comienza a organizar ensayos preparativos en su local cada sábado. Allí se conocen Virginia y Víctor donde tocan juntos por primera vez el repertorio de este macroevento. Se da una química especial, se entienden, se escuchan el uno al otro.
Al poco tiempo, se incorpora Jorge “Eric” a los ensayos, porque era necesario un guitarra solista y además Albaro y Víctor le conocen previamente de estar en la misma academia online de guitarra.
En un segundo ensayo en el local, durante un descanso, Sogal pone un ritmo de batería en la pedalera y toca una ronda de acordes. Eric le mira, le dice que siga y se pone a improvisar. Tocan juntos como si se conociesen de siempre, se cambian el rol a la guitarra, cambian los acordes. Esas guitarras están destinadas a compartir notas.
Una vez pasado el concierto en el Metropolitano y tras hablar con Pinto, Víctor le propone a Virginia formar parte de Desidia, cogiendo los mandos del bajo. Acepta al momento, a pesar de tener otros proyectos, Desidia la llama y ella responde. También propone a Jorge entrar como guitarra principal a la banda… y otro loco que ni se lo piensa. Desidia está cogiendo forma de grupo… pero falta el latido, el compás, el pegamento que hace que todo suene. Entonces es cuando Virginia contacta con Javier, uno de los baterías de Rockin’1000, quien decide probar una dosis de Desidia en un ensayo.
Un primer ensayo donde se ve que Desidia es principalmente corazón, amistad, buen rollo, donde no hay líderes, se busca tribu, se busca contacto, disfrutar de la música. Un primer ensayo donde al terminar Desidia se completa y surge como grupo, con un Brindis a la Vida.
Nuestras canciones llevan reivindicación social, amistad, aprendizaje, pasión, nostalgia, alegría o ganas de hacer locuras y mortales.
La historia de nuestra banda continuará a partir de ahí, porque entre todos iremos montando en nuestras nubes de papel, los acordes de nuestro porvenir.