En 2017, comenzó la andadura artística de Irene López Valdivia de una manera peculiar e irresistible: reinterpretando desde su cama los primeros éxitos de la música urbana estatal irradiando talento sin perder la sensación de intimidad y un poso folk lleno de melancolía. De ahí, dos EPs: con delicados paisajes emborronados de nostalgia sin perder una pulsión pop. Irene usa la trsiteza como motor creativo y eleva sus posibilidades produciendo con Lucas Bolaño (Estrella Fugaz). Da espacio a sintetizadores etéreos y una atmósfera dream pop que embauca a propios y ajenos.